Mientras algunas compañías buscan regresar lo antes posible a sus formas tradicionales de operar, bajo la presencialidad y la sincronía; otras, están pensando cómo aprovechar las ventajas descubiertas al trabajar bajo otros esquemas, alineados a las características diversas de sus equipos y bajo un enfoque de trabajo remoto, hibrido y asincrónico.
Pero no solo las compañías se cuestionan sobre cómo prefieren abordar este nuevo escenario, las personas también han descubierto que el trabajo es mucho más que algo que hacen en un lugar al que van ciertos días a la semana durante varias horas al día.
El trabajo remoto ha representado para algunos la ganancia de un recurso muy valioso, perdido en las dinámicas laborales que durante décadas hemos mantenido: el tiempo. Este tiempo ganado al evitar desplazamientos prolongados de ida y vuelta al trabajo, se ha aprovechado en múltiples actividades, cosas que antes parecían un lujo en ocasiones inalcanzable (como ejercitarse, aprender cosas nuevas o compartir en familia). Otras personas han encontrado la ventaja de contar con espacios que facilitan su concentración y enfoque, lo que se ha reflejado en altos niveles de productividad reportados por muchas organizaciones en el mundo durante la pandemia.
Para otras personas, el trabajo remoto ha significado la dificultad para mantener vínculos y relacionarse con otros. Así como la dificultad de trabajar y enfocarse en un espacio que debe compartir con varias personas todo el tiempo, o de sobrellevar el sentimiento de aislamiento si se vive solo.
Microsoft realizó un estudio en 31 países y encontró que los empleados quieren lo mejor del trabajo remoto y la presencialidad: el 73 por ciento de los trabajadores encuestados desea que continúen las opciones de trabajo remoto flexible, mientras que, al mismo tiempo, el 67 por ciento desea más tiempo en persona con sus equipos.
Sin duda, los esquemas que adopten las compañías serán más exitosos en la medida que logren alinear sus intereses con los de sus equipos, ya que, si algo dejó claro la pandemia, es que el compromiso y bienestar de los colaboradores influye directamente en su productividad, lo que resulta vital para el éxito y prosperidad de los negocios. Y esto solo se logra diseñando el trabajo desde un enfoque humano, colocando a las personas en el centro de la ecuación.
Definir si se adopta un esquema de trabajo remoto, presencial o hibrido implica un desafío que requiere múltiples miradas y considerar varios elementos:
Abrazar la diversidad:
Aceptar que, así como existen diferentes condiciones por regiones en el mundo o sectores económicos, que hacen viable o deseable uno u otro esquema; dentro de las organizaciones existen condiciones distintas que requerirán soluciones diversas (áreas, sedes, países, regiones, etc).
Plantear un nuevo esquema de trabajo:
contemplar el lugar donde se realizará (en la oficina vs en cualquier lugar), y el tiempo en que se hará (sincrónico todos al mismo tiempo vs. asincrónico de libre elección).
Entender la clave de productividad de cada tarea:
existen 4 impulsores de la productividad (energía, enfoque, coordinación y colaboración), estos se ven beneficiados con distintas formas de trabajo: trabajar desde casa puede potenciar la energía y el enfoque, pero hace difícil la cooperación; trabajar sincrónicamente puede facilitar la cooperación, pero puede afectar el enfoque con múltiples interrupciones. La coordinación puede lograrse tanto en lo remoto como en lo presencial y la elección sobre dónde y cuándo trabajar fortalece la energía y el compromiso. La estrategia de trabajo híbrido debe responder al elemento de la productividad que prima en cada tarea.
La cultura importa:
No solo se trata de hacer las cosas de manera distinta. El trabajo hibrido representa un cambio de mindset sobre el propósito, lugar y tiempo del trabajo, lo que requiere superar viejas creencias y hábitos, tanto en los líderes como en el resto de los colaboradores. La estrategia fracasará si abordamos con prácticas tradicionales un mundo nuevo.
Diseño de los distintos espacios de trabajo:
El lugar desde el que se trabaja y los recursos con que se cuenta hacen parte de la estrategia. Disponer de espacios físicos que promuevan el enfoque, alternados con espacios que faciliten la cooperación y coordinación es fundamental.
Herramientas tecnológicas:
Contar con herramientas y plataformas que faciliten la coordinación y cooperación de equipos remotos e híbridos será esencial: sostener conversaciones de valor enfocadas en coordinar los esfuerzos, identificar los retos, reconocer los logros y avances, retroalimentar el desempeño y construir soluciones colaborativamente.
Te invitamos a explorar plataformas como Visual Voices que generan espacios de interacción donde la empatía y la innovación van de la mano. Co-diseñar con los colaboradores un marco de trabajo flexible, considerando la diversidad (segmentación), estableciendo medidas de éxito y adoptando herramientas tecnológicas que faciliten la colaboración desde cualquier lugar, aumentará significativamente la productividad y la satisfacción de la fuerza laboral en este nuevo momento.